Grandes rutas
Serie de reportajes
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Viaje por USA en 21 días con 600 dólares (1)
La
anécdota: en noviembre del 2000 y agosto del 2001 recorrí en bus
Estados Unidos con 600 dólares en el bolsillo. Debido a que un mes
después de mi retorno, ocurrieron los sucesos del 11-S, me di cuenta de
que América no volvería a ser la misma que podría haber descrito al
terminar el viaje. Sí mantuve una página web sobre el itinerario y
contesté las consultas de algunos viajeros. El reportaje fue publicado
en el 2008.
Enlace permanente:
http://reportajesdeevazquezpita.blogspot.com/2011/09/viaje-por-usa-en-21-dias-1-2008.html
Publicado en La Voz de Galicia, en la página 10 de LOS DOMINGOS DE LA VOZ |el 6 de enero del 2008
EN DIRECTO | UN PERIODISTA RECORRE EE. UU. EN LOS MÍTICOS GREYHOUND
E. VÁZQUEZ PITA | TEXTO Y FOTOS
América de costa a costa por 600 dólares
Estados Unidos es una ganga para los turistas europeos gracias al cambio del euro. Un periodista de La Voz se subió a un bus de Greyhound para visitar los mitos de América con 600 dólares en el bolsillo. Un viaje de este a oeste y de Tijuana a Canadá en 21 días.
En los últimos meses varios libros, como el premio Pulitzer La carretera, han revisado el mítico viaje de costa a costa. Otros autores reviven la ruta de Tocqueville, el jurista francés que escribió Democracia en América.
La idea de este reportaje era la siguiente: recorrer como un viajero independiente los Estados Unidos hasta sus fronteras con México y Canadá en busca de los mitos que han forjado el sueño americano. Entre las metas estaban la mansión de Elvis Presley, Hollywood, el
parque Yellowstone o rendir unhomenaje a J. F. K. en Dallas. Equipaje
ligero: una pequeña mochila con mudas y un neceser para aguantar 21 días de bus. Dinero escaso: 600 dólares (419 euros), lo justo para comer y pagar alguna noche contada en un albergue. Nada de lujos.
La línea Greyhound es reconocible por su logo del galgo, es la excusa perfecta para revivir las imágenes de películas de cine. El autocar presta servicio desde 1914 en 3.100 destinos a lo largo de
Norteamérica. Cada año viajan 22 millones de pasajeros, con una gran incremento de la población latina. El Discovery Pass de 30
días cuesta 522 dólares y permite moverse por todo el país y sus fronteras. Basta con esperar en la cola y mostrarle el pase al conductor. La estampa de los autobuses Greyhound surcando los parajes estadounidenses forma parte de la cultura «pop» del siglo XX, que todos hemos recibido a través del cine o la televisión.
Estados Unidos tiene algunas ventajas para los mochileros
independientes que quieren moverse de prisa y barato. Una de ellas es la red de lavanderías. El lavado del petate cuesta un dólar, más varios centavos extra por un sobre de jabón, y otro dólar por el secado
automático. Es posible comer un perrito caliente por un dólar, incluida la mostaza. La entrada en los museos y en algunos conciertos es teóricamente gratuita, pero lo «recomendable» es soltar diez pavos. Internet es gratis en las bibliotecas públicas.
El lugar de partida solo podía ser el kilómetro cero de Estados Unidos, la Casa Blanca de Washington. El viajero no ve a Bush, pero se topa con una protesta de los indios siux que han clavado sus tiendas en el campo del Obelisco. En el cercano museo de la NASA, hay oportunidad de ver el módulo Apolo que se posó en la Luna. Los mandos de la nave espacial se parecen a los de un Seat 600 y uno empieza a dudar de que realmente sea cierto que el astronauta Armstrong se atreviese a subir en aquel cacharro.
Llega la hora de mostrar al busero el billete Ameripass, que permite a los extranjeros viajar ilimitadamente con la compañía de autocares Greyhound por todo el país y sus ciudades fronterizas. Hay que esperar cola y competir con otros viajeros para conseguir un asiento. El turista paga la novatada, se queda en tierra y debe esperar al siguiente autocar.
Por el camino, parada en una gasolinera, donde una decena de camiones de largas chimeneas, auténticos dragones de acero, están aparcados con sus enormes trailers. Es el momento de tragar litros de café americano muy aguado y edulcorados con crema irlandesa. Funciona.
La siguiente escala es Nueva York. Lo primero de todo: entrar en el Starbucks de la Estación Central y pagar tres dólares por un café de verdad. La ciudad de los rascacielos es barata: se puede zampar uno una hamburguesa o un perrito por un dólar o leer gratis un libro en la
cafetería de Barnes and Noble.
Pero la factura sube con los caprichos: hay que desembolsar 45 dólares (9.000 pesetas al cambio del 2000) por una cerveza en la barra del Hotel Carlyle para oír al director de cine Woody Allen tocar su clarinete. A fuerza de palos, el turista ya ha aprendido a incluir en la cuenta un 10% de propina para el camarero. Un gesto que ayuda a los cazadores de autógrafos.
Otros 10 dólares van al tique para subir al Empire State Building, donde el gorila King Kong luchó contra los aviones, escena cinematográfica grabada en el imaginario colectivo.
Unas manzanas arriba, en la Up Town, está el centro del multimillonario Rockefeller y la torre Trump. Curiosamente, la asociación de mendigos ha colocado su puesto ambulante frente a la joyería Tiffany’s.
Un ferri lleva al viajero hasta la estatua de la Libertad, más pequeña que en las fotos. Tras subir las escaleras en espiral, decepciona la vista panorámica de un polígono industrial.
De vuelta, el buque hace escala en la isla de Ellie, la parte fea que nunca sale en los libros. Los inmigrantes que llegaban al país de
las oportunidades debían superar allí la cuarentena.
La siguiente escala es Boston. Es el momento de echarle jeta y
adosarse a un grupo de científicos de A Coruña, Valladolid y Argentina
que han alquilado un coche de marchas automáticas, lo más común en ese país. Por fin, algo de road movie.
En esta ciudad de estilo europeo, el objetivo es colarse en la Universidad de Harvard, donde se educa la élite mundial. Es fin de semana y no se ve ni un alumno por el campus.
Ya puestos, una escapada al MIT, uno de los más prestigiosos centros de tecnología. «Las fundaciones inyectan millones y los
proyectos salen adelante», cuenta un becario gallego.
Chicago, la ciudad del gánster Al Capone, es el siguiente destino.
El bus llega a una estación donde hace cola una familia amish, los
granjeros que viven como en el siglo XVII. Su férrea ética no les
impidió inaugurar en el centro de Manhattan una tienda de
productos artesanos.
En la misma estación de Chicago, un grupo de inmigrantes chicanos comentan que han cruzado el país y que ahora trabajan ilegalmente en una obra. «A unos amigos la policía les paró porque eran hispanos. Se creían que su coche alquilado era robado», dicen. Está
claro que el sueño americano solo es para unos pocos.
Curiosamente, en esta ciudad los mendigos no piden limosna sino que recogen las latas de aluminio tiradas en el suelo para revenderlas. ¿Tanto espíritu emprendedor será porque la [....]
Más adelante, se publicará la segunda parte del artículo.
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Publicado en La Voz de Galicia, en la página 10 de LOS DOMINGOS DE LA VOZ |el 6 de enero del 2008
EN DIRECTO | UN PERIODISTA RECORRE EE. UU. EN LOS MÍTICOS GREYHOUND
E. VÁZQUEZ PITA | TEXTO Y FOTOS
América de costa a costa por 600 dólares
Estados Unidos es una ganga para los turistas europeos gracias al cambio del euro. Un periodista de La Voz se subió a un bus de Greyhound para visitar los mitos de América con 600 dólares en el bolsillo. Un viaje de este a oeste y de Tijuana a Canadá en 21 días.
En los últimos meses varios libros, como el premio Pulitzer La carretera, han revisado el mítico viaje de costa a costa. Otros autores reviven la ruta de Tocqueville, el jurista francés que escribió Democracia en América.
La idea de este reportaje era la siguiente: recorrer como un viajero independiente los Estados Unidos hasta sus fronteras con México y Canadá en busca de los mitos que han forjado el sueño americano. Entre las metas estaban la mansión de Elvis Presley, Hollywood, el
parque Yellowstone o rendir unhomenaje a J. F. K. en Dallas. Equipaje
ligero: una pequeña mochila con mudas y un neceser para aguantar 21 días de bus. Dinero escaso: 600 dólares (419 euros), lo justo para comer y pagar alguna noche contada en un albergue. Nada de lujos.
La línea Greyhound es reconocible por su logo del galgo, es la excusa perfecta para revivir las imágenes de películas de cine. El autocar presta servicio desde 1914 en 3.100 destinos a lo largo de
Norteamérica. Cada año viajan 22 millones de pasajeros, con una gran incremento de la población latina. El Discovery Pass de 30
días cuesta 522 dólares y permite moverse por todo el país y sus fronteras. Basta con esperar en la cola y mostrarle el pase al conductor. La estampa de los autobuses Greyhound surcando los parajes estadounidenses forma parte de la cultura «pop» del siglo XX, que todos hemos recibido a través del cine o la televisión.
Estados Unidos tiene algunas ventajas para los mochileros
independientes que quieren moverse de prisa y barato. Una de ellas es la red de lavanderías. El lavado del petate cuesta un dólar, más varios centavos extra por un sobre de jabón, y otro dólar por el secado
automático. Es posible comer un perrito caliente por un dólar, incluida la mostaza. La entrada en los museos y en algunos conciertos es teóricamente gratuita, pero lo «recomendable» es soltar diez pavos. Internet es gratis en las bibliotecas públicas.
El lugar de partida solo podía ser el kilómetro cero de Estados Unidos, la Casa Blanca de Washington. El viajero no ve a Bush, pero se topa con una protesta de los indios siux que han clavado sus tiendas en el campo del Obelisco. En el cercano museo de la NASA, hay oportunidad de ver el módulo Apolo que se posó en la Luna. Los mandos de la nave espacial se parecen a los de un Seat 600 y uno empieza a dudar de que realmente sea cierto que el astronauta Armstrong se atreviese a subir en aquel cacharro.
Llega la hora de mostrar al busero el billete Ameripass, que permite a los extranjeros viajar ilimitadamente con la compañía de autocares Greyhound por todo el país y sus ciudades fronterizas. Hay que esperar cola y competir con otros viajeros para conseguir un asiento. El turista paga la novatada, se queda en tierra y debe esperar al siguiente autocar.
Por el camino, parada en una gasolinera, donde una decena de camiones de largas chimeneas, auténticos dragones de acero, están aparcados con sus enormes trailers. Es el momento de tragar litros de café americano muy aguado y edulcorados con crema irlandesa. Funciona.
La siguiente escala es Nueva York. Lo primero de todo: entrar en el Starbucks de la Estación Central y pagar tres dólares por un café de verdad. La ciudad de los rascacielos es barata: se puede zampar uno una hamburguesa o un perrito por un dólar o leer gratis un libro en la
cafetería de Barnes and Noble.
Pero la factura sube con los caprichos: hay que desembolsar 45 dólares (9.000 pesetas al cambio del 2000) por una cerveza en la barra del Hotel Carlyle para oír al director de cine Woody Allen tocar su clarinete. A fuerza de palos, el turista ya ha aprendido a incluir en la cuenta un 10% de propina para el camarero. Un gesto que ayuda a los cazadores de autógrafos.
Otros 10 dólares van al tique para subir al Empire State Building, donde el gorila King Kong luchó contra los aviones, escena cinematográfica grabada en el imaginario colectivo.
Unas manzanas arriba, en la Up Town, está el centro del multimillonario Rockefeller y la torre Trump. Curiosamente, la asociación de mendigos ha colocado su puesto ambulante frente a la joyería Tiffany’s.
Un ferri lleva al viajero hasta la estatua de la Libertad, más pequeña que en las fotos. Tras subir las escaleras en espiral, decepciona la vista panorámica de un polígono industrial.
De vuelta, el buque hace escala en la isla de Ellie, la parte fea que nunca sale en los libros. Los inmigrantes que llegaban al país de
las oportunidades debían superar allí la cuarentena.
La siguiente escala es Boston. Es el momento de echarle jeta y
adosarse a un grupo de científicos de A Coruña, Valladolid y Argentina
que han alquilado un coche de marchas automáticas, lo más común en ese país. Por fin, algo de road movie.
En esta ciudad de estilo europeo, el objetivo es colarse en la Universidad de Harvard, donde se educa la élite mundial. Es fin de semana y no se ve ni un alumno por el campus.
Ya puestos, una escapada al MIT, uno de los más prestigiosos centros de tecnología. «Las fundaciones inyectan millones y los
proyectos salen adelante», cuenta un becario gallego.
Chicago, la ciudad del gánster Al Capone, es el siguiente destino.
El bus llega a una estación donde hace cola una familia amish, los
granjeros que viven como en el siglo XVII. Su férrea ética no les
impidió inaugurar en el centro de Manhattan una tienda de
productos artesanos.
En la misma estación de Chicago, un grupo de inmigrantes chicanos comentan que han cruzado el país y que ahora trabajan ilegalmente en una obra. «A unos amigos la policía les paró porque eran hispanos. Se creían que su coche alquilado era robado», dicen. Está
claro que el sueño americano solo es para unos pocos.
Curiosamente, en esta ciudad los mendigos no piden limosna sino que recogen las latas de aluminio tiradas en el suelo para revenderlas. ¿Tanto espíritu emprendedor será porque la [....]
Más adelante, se publicará la segunda parte del artículo.
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Publicado en La Voz de Galicia, edición Vigo
3 de marzo de 2014
Por E.V.Pita
El éxito del wifi en los autobuses de Inglaterra
Reportaje original:
Extracto del artículo:
[...] La
introducción de wifi en los autocares, algo en lo que Vigo da sus
primeros pasos, es ya habitual en otros países. Por ejemplo, en
Inglaterra o Irlanda está completamente implantado e incluso ensayan
otros avances como la retransmisión en directo de las imágenes que toma
una cámara de la carretera del paisaje o la instalación de enchufes en
los asientos. Las compañías británica de buses, como la líder National
Express, o Stagecoach y su filial Megabus, se han adaptado a la era de
Internet. La mayoría han modernizado sus carrocerías e incluido como
accesorio un enchufe por cada par de asientos para que los viajeros
recarguen en ruta la batería de sus móviles y tabletas.
El
efecto es previsible. Gran parte del pasaje viaja entretenido y absorto
con sus cascos de música mientras consulta su smarthphone o teclea en
su tableta o portátil. Porque gran parte de estos transportes van
dotados de una red de wifi gratuita para navegar sin límite mientras
tiran millas. El wifi y los enchufes incluso van de serie en autobuses
regionales de dos plantas, generalmente de Stagecoach, que disponen en
la parte trasera de clavijas adaptadas.
Otra
novedad es que muchos autobuses regionales, por ejemplo, de Newscastle,
han incorporado cámaras y monitores que graban el interior del autocar y
lo proyectan a los pasajeros, que pueden ver lo que ocurre en cada
esquina. En otros buses, proyectan imágenes de la carretera.
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22 DE NOVIEMBRE DEL 2013
La Voz de Galicia / Suplemento Fugas
APUNTES DE VIAJE [ ESTADOS UNIDOS ]
Lluvia en el Gran Cañón
E.
V. PITA | A veces los días de lluvia despiertan recuerdos de escenas
increíbles en lugares lejanos e inhóspitos. Uno de ellos es Arizona.
Muchos creen que este estado norteamericano es desolado y árido y en él
solo crecen cactus. Efectivamente, así es el sur pero, sin embargo, el
norte de Arizona podría pasar por un bosque alpino donde llueve sin
cesar.
Por
ejemplo, en el Gran Cañón (una zanja con 2.000 millones de años de
historia) son frecuentes las tormentas con rayos que alimentan el caudal
del río Colorado (más bien de color verde). Para llegar al Gran Cañón
hay que atravesar un bosque de coníferas y ciervos y alces pastan
libremente por el cámping y los miradores. Hablamos de uno de los
paisajes más viejos del planeta.
Es
un oasis rodeado de nubes negras que cubren con chaparrones las
carreteras que salen desde Flagstag y Meteor Crater hacia Sedona. Este
último paraje es famoso por los atardeceres del Red Canyon. Allí es
posible distinguir cómo cae la lluvia en forma de un telón de agua sobre
el horizonte, a decenas de kilómetros. Primero hay que pagar un dólar
por pasar al mirador donde los turistas se agolpan para captar el mágico
atardecer.
Son escenarios frecuentados por Hollywood para filmar películas de vaqueros.
En
uno de los oasis, la tribu india sinagua fundó una ciudad excavada en
la roca llamada el Castillo de Moztezuma. Sinagua es el nombre que les
puso un viajero español. Parece que ese día no llovió.
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SUPLEMENTO CULTURAS / LA VOZ DE GALICIA
SÁBADO,16 DE NOVIEMBRE DEL 2013
STONEHENGE SE MODERNIZA
LAS
OBRAS VAN LENTAS PERO YA SE VE EL ESQUELETO DEL FUTURO CENTRO DE
INTERPRETACIÓN DEL SANTUARIO MEGALÍTICO MÁS FAMOSO DEL MUNDO, UN MUSEO
QUE DOMBATE YA TIENE
Autor: E.V.Pita
El
autobús de Londres sale de la autovía hacia Salisbury y, de repente, un
montículo en medio de la nada irrumpe en el paisaje. Es claramente obra
humana, una tumba megalítica que lleva ahí 5.000 años. Al entrar en
Salisbury,el viajero distingue en el horizonte otro monte artificial,
esta vez gigantesco y dotado de foso circular. Es Old Sarum,una antigua
fortaleza de la Edad de Hierro que recuerda las películas de Conan el
Bárbaro o El Señor de los Anillos. Pero la estrella está a 17 kilómetros
de Salisbury, donde sobresale un cromlech sobre una colina que domina
la llanura. Es el círculo de piedras azules de Stonehenge.
El
misterio sigue vivo, nadie sabe si fue un observatorio astronómico,un
santuario para hacer fiestas en el solsticio de verano, para rezar por
una cosecha exitosa o un lugar medicinalcon cementerio. Los antiguos
eran tan ingeniosos que labraron agujeros en las losas de los dinteles
para que encajasen con los salientes de los pilares. Ahora, se posan
allí los cuervos. Lo curioso es que el yacimiento de Stonehenge, que es
Patrimonio de la Humanidad, dispone de una amplia tienda de souvenirs
pero carece de museo.
Los últimos hallazgos justifican la apertura de un centro de interpretación en Stonehenge.
Hace
15 años no estaba excavado el foso circular (similar al de Dombate) que
rodea el monumento. Entonces, los visitantes casi tocaban los pilares
un día de lluvia y niebla. Hay más novedades,como el rastro de una
pasarela de madera que conduce al templo. El cementerio no es visible
pero, en realidad, la llanura está salteada de túmulos.
La situación cambiará porque el santuario se ha sumado a la modernización que siguió Dombate.
Pero
no hasta el punto de cubrir la tumba. El más famoso doble círculo
pétreo del mundo contará con un enorme centro de interpretación que se
construye en la entrada al recinto. Las obras llevan retraso pero ya se
ve el esqueleto y la cubierta. Prueba de la necesidad de un museo son
las grandes preguntas que genera. ¿Cómo movieron los bloques de arenisca
desde las montañas Preseli de Gales, a 400 kilómetros, frente
a
Irlanda? Quien haya visitado el museo del dolmen de Dombate podrá
imaginarse la longitud de tales piedras y responder a otra cuestión:
¿Cómo es posible que los bloques de Stonehenge sigan de pie 4.500 años
después pese al viento o la acción humana?
La
mámoa gallega da una rápida respuesta arquitectónica al secreto que
oculta el milenario monumento inglés bajo su suelo. De Salisbury salen
buses cada hora. La visita a Stonehenge consiste en rodear el foso y las
piedras, separadas por una cuerda. Es fácil comprobar por la sombra y
la posición del sol si el atardecer se alinea con los arcos del círculo.
Una frase de la autoguía da más pistas: ¿hubo 12 arcos, como las
constelaciones?
Cada
hora pasan unos 300 turistas llegados de Londres, unos pegados al móvil
y otros a la autoguía antes de seguir viaje al balneario de Bath. Y
frikis de la edad de las cavernas se ponen a tocar el cuerno. Estas
planicies aún guardan más secretos. A 40 minutos en bus de Salisbury,
hay un círculo de 50 a 100 menhires (uno por semana) enclavados en medio
del pueblo de Avebury. Allí quizás observaron las fases de la luna hace
5.000 años.
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La Voz de Galicia , suplemento Fugas
15 de noviembre de 2013
Hórreos en tierra de los pictos
Por E.V.Pita
El reciente álbum de Asterix y los Pictos pone de actualidad la antigua Caledonia, la actual Escocia. Roma separó a esta tribu indomable de bárbaros con una muralla y una red de campamentos, dotados de hórreos, que levantó el emperador Adriano para proteger a la civilizada Britania de las incursiones de los pictos. Era el fin del mundo conocido. Hoy en día, los turistas pueden visitar los restos del muro de Adriano y los campamentos y fortines de sus legiones desde Newcastle, en el norte de Inglaterra, hasta el otro extremo, en Carlisle, a 80 millas. Para almacenar el grano en sus fortalezas y resistir los crudos inviernos, los romanos montaron hórreos de piedra apoyados en pilares y cuyas bases alineadas se conservan en pie. Un ejemplo es el fortín de Housesteads, el más icónico, que además de los hórreos tiene en su museo una losa con la estatua de Marte labrada, que podría ser gemela a la que en su día debió de presidir la Torre de Hércules en A Coruña.
La excursión puede empezar en Newcastle. Buses de línea o un rápido tren acercan al visitante hasta la villa de Hexham, de donde parte un bus circular que para cada hora en cada uno de los yacimientos musealizados de la muralla de Adriano. Muchos senderistas caminan a lo largo del muro, que está señalizado. El paisaje muestra una inmensa llanura dividida por una colina.
Al otro lado, fuera de la muralla de Housesteads, asentada sobre una colina, estaban los campos de los pictos. Dentro, crecían grandes fortalezas como Vindolandia, aún en excavación, y rodeadas de los vicus (aldeas) donde vivían los comerciantes. Un fortín acogía a mil legionarios, que dormían en barracones, y a un oficial que disponía de casa con termas privadas. El modo de vida mediterránea se importaba a la lluviosa Britania. Los hórreos estaban situados en el centro del campamento y elevados sobre el suelo para evitar que entrasen los ratones.
La ruta arranca en la ciudad romana de Corbridge, y sigue por el fuerte de Chester, el parque nacional de Northumberland así como el fuerte de Birdoswald. Hay tramos de muralla en perfecto estado y los museos repartidos por este itinerario, que es Patrimonio de la Humanidad, presentan la vida cotidiana del legionario con sus armas, vestuario y barracones, o restos de termas recreados con efectos multimedia. También hay expuestos objetos de uso diario como lámparas, botellas o juegos de dados. Una visita entera puede ocupar 2 días enteros aunque todos los yacimientos están conectados por un autobús circular. Hay que pagar por entrar en cada recinto. El de Housesteads es el mejor porque se puede hacer senderismo a lo largo de varios kilómetros de muro con vistas a un espectacular paisaje.
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Autor: E. V. Pita
Fecha de publicación: 31 de agosto de 2013
La Voz de Galicia / sección opinión : Almuerzo gratis
La suerte de Liverpool
-El pub The Cavern y la estatua de John Lennon
Las
grandes ciudades industriales y portuarias de Inglaterra como Liverpool
y Bristol o la galesa Cardiff entraron en declive hace décadas. Todas
siguieron un mismo patrón para reinventarse y buscar un nuevo modo
de vida. Reconvirtieron sus muelles en ruinas, antes repletos de
chimeneas y barcos, en zonas de ocio con museos, edificios de diseño
vanguardista, palacios de congresos y centros comerciales que atraen a
millones de turistas al año. En verano, no cabe ni un alfiler. La que
más suerte ha tenido ha sido Liverpool. No solo porque su club de fútbol
acabe de fichar al exceleste vigués Iago Aspas ni porque en su club The
Cavern hayan triunfado los Beatles. Simplemente, las tiendas llenas de
turistas. El modelo de revivir una ciudad funcionó no solo en Liverpool
si no también con la rehabilitación de la fachada marítima de
Barcelona, por ejemplo.
Estas historias de éxito nos hacen pensar que el proyecto Abrir Vigo al Mar valió de algo y que la rehabilitación del Casco Vello necesita un impulso final para dinamizar su economía. Hay que preguntarse por qué los turistas gastan su dinero en los cascos históricos ingleses o franceses como Saint-Maló, Ruan, Oxford, Bath o York. Muchos tienen castillos, ruinas romanas o calles antiguas. Vigo también. La clave de su éxito es que convirtieron su ciudad en un parque temático con atracciones y espectáculos.
El colmo del rigor histórico es Stradford-Upon-Avon, patria chica de Shakespeare, donde las tiendas tienen las fachadas torcidas para imitar las casas de la Edad Media. El forastero se va encantado. Recrear esa atmósfera en Vigo sería como si la plaza de O Berbés fuese rehabilitada fielmente a su imagen de postal de 1900, con barcas en los arcos, o que todas las tiendas de Príncipe tuviesen letreros o farolas del siglo XIX.
"España-Francia-Inglaterra: 40 horas en bus" (2013)
Título original: "1.955 kilómetros on the road"
Publicado en La Voz de Galicia el 19 de septiembre del 2013
Autor: E.V.Pita (2013)
«¿A
qué hora llegamos?», pregunta el viajero. «Amigo, cuando tenemos que
recorrer 1.850 kilómetros sabemos cuándo salimos pero no cuándo
llegamos. Es mucha carretera, hoy vamos muy bien de tiempo», dice el
chófer.
Alsa,
que es socio de Eurolines, hace salidas diarias desde A Coruña rumbo a
París y Bruselas. El bus que parte a las 14.00 horas llega a Victoria
Station a las 20.30 horas del día siguiente. Si el viaje se hace de un
tirón cuesta 217 euros (ida y vuelta) y dura 30 horas. Hay que darle un
margen porque a veces surgen incidencias como averías o atascos. Un
embotellamiento en Tours, cuando un peregrino se apea para iniciar el
Camino Francés, acarrea retrasos. Y la ruta coincide con las obras de
alta velocidad Tours-Burdeos. Una leve demora en el control de
pasaportes del túnel del canal de la Mancha significa perder el tren que
transporta al autocar en sus bodegas selladas.
Poco
compite el precio con el vuelo de A Coruña a Londres. El ahorro es de
50 euros. El palizón por carretera compensa si hay que apearse por el
camino o salir ya mismo.
El
autobús lleva aseos y se detiene cada dos horas en restaurantes como O
Rei das Tartas, en Mondoñedo, o mesones de Asturias. No falta un
cola-cao con sobados en una gasolinera de Cantabria tras anochecer en
los brumosos Picos de Europa. Y se ven pueblos pintorescos desde la
ventanilla como los caserones de Llanes. En Bilbao se apean los
emigrantes y suben mochileros y trabajadores de París. En San Sebastián
sube una africana, 4 hijos y maletas.
De
madrugada hay parada en un área de descanso de Burdeos, ideal para
estirar las piernas y beber un café au lait. Luego toca Poitiers y
Futuroscope. Campos de cereal flanquean el valle del Loira y sus
castillos (invisibles desde la autovía). Suenan los móviles y la
cháchara.
En
la estación de París-Gallieni, un estudiante de A Coruña se apea
deprisa para hacer el transbordo a Londres. Otros esperan por el
nocturno y aprovechan la tarde para visitar en metro la torre Eiffel. De
vuelta a Gallieni, hay que hacer el embarque a Londres una hora antes. A
los ingleses de la cola se les reconoce por sus bolsas de Sailsbury, el
supermercado barato con autopago. El bus lleva wifi gratis y los
pasajeros consultan sonrientes sus tablets y smarphones. Al amanecer, el
bus entra en Victoria Station. Han pasado 40 horas y 1.955 kilómetros.
-Thamesis River and City Hall of London
-Río Támesis y Ayuntamiento de Londres
-Río Támesis e mailo Concello de Londres
- Tower of London Bridge
-Puente de la Torre de Londres
-A ponte da Torre de Londres
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxTravelling from Spain to England
(stopover in Paris) 2013
by E.V.Pita (2013)
Viaje en bus desde España a Inglaterra
(escala en París) 2013
Autor: E.V.Pita (2013)
Unha viaxe en bus dende Coruña a Londres
(parada en París) 2013
Autor: E.V.Pita (2013)
Link original y actualizado de estas fotos:
NORTHERN SPAIN
GALICIA
-Mondoñedo ( King of Cakes' Restaurant)
.Mondoñedo (restaurante O Rei das Tartas)
ASTURIAS
-Village with "Horreo" (typical barn for grain)
-Un pueblo con un hórreo
-Una vila cun hórreo
-Asturias Coast and cliffts
-Costa de Asturias y acantilados
-Costa de Asturias e cantís
-Lake with island in Asturias
-Lago con isla en Asturias
-Lagoa cunha illa en Asturias
-Cathedral of Oviedo
-Catedral de Oviedo
CANTABRIA
-Fog in the Peaks of Europe mountains
-Niebla en los Picos de Europa
-Néboa nos Picos de Europa
-Fog in the Peaks of Europe mountains
-Niebla en los Picos de Europa
-Néboa nos Picos de Europa
-Fog in the Peaks of Europe mountains
-Niebla en los Picos de Europa
-Néboa nos Picos de Europa
FRANCE
POITIERS
-Poitiers at sunrise
-Poitiers al amanecer
-Poitiers á alborada
TOURS
-Semicottages in Tours
-Casas en Tours
- Tourist office in Tours
-Oficina de Turismo en Tours
-Tours central station
-Estación central de Tours
VAL DE LA LOIRE / VALLE DEL LOIRA
-Fields and churchs of the Valley of River Loire
-Campos e iglesias del valle del Loira
-Campos e igrexas no val do Loira
-River Loire
-Río Loira
OUTSIDE PARIS / AFUERAS DE PARÍS
- Last stop in the service area of the highway
-Última parada en el área de servicio de la autopista
-Derradeira parada na área de servizo da autoestrada
- Outskirts of Paris
-Suburbios de París
-Aforas de París
PARIS
- Gargoyle on the rooftops of Notre Damme
- Gárgola en los tejados de la catedral de Notre Damme
-Gárgola nos tellados da catedral de Notre Damme
-Tower in Paris (Ille de France)
-Torre en París (Isla de Francia)
-Sleeping in St Michel Square
-"Siesta" en el barrio de Saint Michel
-Un home durme no serán no bairro de Saint Michel
-Tourist boat sailing in River Sena
- Un bote con turistas navega por el río Sena
- Unha barca con turistas vai polo Sena
-Thousands of padlocks are joined in a bridge in River Sena
- Miles de candados están enganchados en un puente del río Sena
-Milleiros de cadeados nunha ponte do Sena
-Thousands of padlocks are joined in a bridge in River Sena
- Miles de candados están enganchados en un puente del río Sena
-Milleiros de cadeados nunha ponte do Sena
-A men look at River Sena
-Un hombre mira al río Sena
-Un home olla ao río Sena
-Le Louvre Museum
-Museo del Louvre
-Museu do Louvre
-Cycling in St. Michel
-Ciclista en Saint Michel
- Juggler in Centre Pompidou Square
- Malabarista en la plaza del Centro Pompidou
- Malabarista na praza do Pompidou
- Centre Pompidou
-Centro Pompidou
- Bridge and Tower Eiffel
-Puente y Torre Eiffel
-Ponte e Torre Eiffel
-France Palace
-Palacio nacional francés
- Tower Eiffel
-Torre Eiffel
-Trocadero Square and Tower Eiffel
-La plaza de Trocadero y la Torre Eiffel
-A praza de Trocadeiro e maila Torre Eiffel
-Trocadero Square and Tower Eiffel
-La plaza de Trocadero y la Torre Eiffel
-A praza de Trocadeiro e maila Torre Eiffel
-Traffic jam in Paris at dusk
-Atasco de tráfico en París al anochecer
- Atasco nas estradas de París entre lusco e fusco
UNITED KINGDOM / INGLATERRA
LONDON / LONDRES
-Royal soldiers in Buckingham Palace
- Guardias reales en el palacio de Buckingham
- Gardas reais no pazo de Buckingham
-Thamesis River and City Hall of London
-Río Támesis y Ayuntamiento de Londres
-Río Támesis e mailo Concello de Londres
- Tower of London Bridge
-Puente de la Torre de Londres
-A ponte da Torre de Londres
-Hyde Park Lake
-Parque, lago de Hyde Park
-Streets
-Calles
-Rúas
-Cutty Sark race ship
-Museo del velero Cutty Sark
-Museu do veleiro Cutty Sark
- Rainy day in Mall Store
-Día lluvioso en gran centro comercial
-Treboada no centro comercial
FRANCE / FRANCIA
PARIS
Versailles / Versalles
Aquitanie
SPAIN
Picos de Europa / Cantabria
Asturias
Título original: "El fuerte romano de Vigo"
Publicado en La Voz de Galicia, edición Vigo.
5 de septiembre de 2013
Autor: E.V.Pita
Autor: E.V.Pita
Link al texto original:
"La muralla de Adriano y los fuertes romanos"
La
muralla de Adriano estuvo en la periferia de la periferia del Imperio
Romano. Un largo muro separó a Britania (ahora Inglaterra) de los
bárbaros (Escocia) y, en sus colinas, los romanos levantaron fuertes
dotados de termas, barracones y hórreos. A su alrededor crecieron como
setas los vicus o villas, donde vivían los comerciantes. Donde hay un
fuerte, siempre aparece un vicus. No es extraño que la imaginación se
dispare y uno fantasee con la idea de que Vigo (Vicus para unos, Burbida
para otros) pudo tener un fuerte romano que vigilase el puerto desde
una colina.
Para
visitar las fortalezas y aldeas de la Muralla de Adriano, cualquier
turista puede llegar al pueblo de Hexham y tomar cada hora un bus
circular que para en una decena de fortines como Vindolandia, aún en
excavación. Todos están musealizados, con efectos especiales multimedia.
La misma fórmula de bus temático funciona con las milenarias piedras
del archifamoso santuario de Stonehenge, más al sur.
La
idea sería poner algo así en Vigo para que los turistas lo tengan fácil
para visitar de un tirón un circuito de diez yacimientos del área como
el poblado de O Castro, las salinas y la fábrica de salazón de Rosalía
de Castro, la villa de Mirambell, el museo de Castrelos, el altar
cartaginés del Museo del Mar, los dólmenes de A Madroa, los petroglifos
de Campo Lameiro, el castro de Santa Tegra y el altar de O Facho, en
Cangas. El bus temático de la arqueología sería un atractivo turístico y
la idea se podría aplicar a otro bus especial que pase por las playas.
En realidad, ya existe pues la línea C3 para cerca de Arealonga, Punta
Lagoa, Bouzas y Samil. Pero al turista vago hay que ponérselo fácil, que
vea el cartel «Beach Bus» en letras grandes.xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Título: "El cemento tira de Londres"
De: E. Vázquez Pita
Publicado el 25 de agosto del 2013 en La Voz de Galicia, sección Economía
Álbum de fotos:
Título: "El cemento tira de Londres"
Subtítulo: El sector de la construcción en la capital británica construye 115 edificios y tiene otros 110 en cartera
Un
anuncio en el metro de Londres muestra a Angela Merkel como un ángel,
porque rescató a Irlanda, Grecia, Portugal y España. Al lado, otro
cartel la viste como diablesa porque impone la austeridad. La crisis es
algo del sur y Londres da envidia al resto de Europa. La City es el
refugio seguro para los inversores extranjeros como Catar. El efecto es
visible: las grúas crecen como setas a lo largo del río Támesis. En los
últimos años, un ejército de albañiles ha levantado 550 edificios, otros
115 están en obras y 110 más en proyecto, entre ellos la Central
Eléctrica, que albergará 800 apartamentos, y el tubo helicoidal del
Museo del Ejército del Aire.
Es
evidente que Londres es el motor económico de Inglaterra pero muchos se
preguntan si se trata de un espejismo y la capital del Reino Unido
simplemente vive una burbuja inmobiliaria o asistimos a la traca final
de las Olimpiadas del 2012.
Londres
y sus 8,3 millones de habitantes facturan alrededor de 500.000
millones, el 20 % de la economía del Reino Unido. Pero ¿qué pasa en el
resto del país? Cardiff, capital de Gales, Bristol o Liverpool agotaron
sus cartuchos tras reconvertir sus muelles industriales en declive en
zonas de recreo con museos, tiendas o edificios gubernamentales. La
fiesta continúa pero estas urbes rentabilizan su pasado glorioso y las
grúas ya se han ido. Un arquitecto holandés lo corrobora: «Hay muchas
obras en Londres pero en el resto del país está todo parado».
La
prosperidad atrae a inversores y emigrantes del sur de Europa estancado
que trabajan de camareros. Otros sueñan con mudarse al centro. Una
oficinista coruñesa que lleva 15 años en la capital británica, con piso
propio en un barrio modesto, se ha sumado a la fiebre del ladrillo:
«Estoy pensando en comprarme un apartamento de segunda mano más céntrico
pero me piden 400.000 euros».
No
es la única con ganas de invertir. Las grandes corporaciones acaban de
abrir el centro comercial de Westfield Stradford, el mayor de Europa con
250 tiendas y 70 restaurantes. Al lado, otra empresa construye un
gigantesco bloque de pisos para alojar a 40.000 estudiantes.
La
colina del observatorio de Greenwich es un buen sitio para percibir
cómo ha cambiado el skyline de Londres desde que en el 2000 comenzó a
girar la noria London Eye. Sobresalen rascacielos icónicos como el
Pepino de Norman Foster y las torres financieras de Canary Wharf. La
cúpula de San Pablo asoma entre gigantes de acero y cristal.
A orillas del Támesis
Un
paseo por las orillas del río Támesis equivale a meterse en una zona de
obras rodeada de pubs donde los ejecutivos charlan con una pinta o un
cóctel a la salida de la oficina. A veces, las fiestas se celebran en el
ático, a la vista de todos. El éxito no se oculta en Londres.
En
Southwark, entre el puente del Milenio, obra de Foster, y la Torre de
Londres, los obreros dan los retoques a otro edificio emblemático
apodado el Walkie-Talkie, cuya silueta recuerda a un móvil. En frente,
en los Docklands, se extienden barrios nuevos de oficinas, centros
comerciales y paseos fluviales. Hace unos años, allí solo había casas en
ruinas y fábricas abandonadas. Ahora, la silueta piramidal acristalada
de The Shard, el edificio más alto de la Unión Europea, inaugurado este
año, atrae a miles de visitantes. Al lado, están las réplicas del galeón
del pirata Drake y del teatro The Globe, donde Shakespeare estrenaba
sus obras. A su vera nacen nuevos negocios como unos carritos-bar que 8
pasajeros mueven a pedales mientras un camarero les sirve cócteles.
En
otras calles más céntricas, como Oxford Street o Victoria Station, las
máquinas excavan agujeros enormes y los carteles anuncian edificios de
diseño.
Pero
quizás lo más impresionante sea Canary Warf, sus muelles están poblados
de sofisticadas residencias, oficinas y marinas deportivas para yates. Parón constructor en el resto del país
El resto de Inglaterra no se acerca ni de lejos al bum constructor de Londres pero viven del comercio y el turismo. Manchester cuenta con un activo aeropuerto internacional, gran vida nocturna, bullicio multicultural pero ni una grúa. Quizás los apariencias engañan, su universidad es puntera. Leeds si vivió una fiebre constructiva que renovó la ciudad con modernos bloques de apartamentos y oficinas .
En Newcastle florecen los nuevos puentes y palacios de congresos, y algunas grúas últiman proyectos retrasados. Lo mismo ocurre en Birmingham, la segunda ciudad del país, que hace una década levantó su gran centro comercial Bull Ring y ahora está construyendo una moderna torre de comunicaciones.
En villas históricas del país como Bath, Durham, York, Salisbury, Stradford-Upon-Avon, los pintorescos pueblos de los Costwolds o incluso Oxford y Cambridge, siguen en boga las restauraciones y las tiendas recogen los frutos. Tras recorrer Inglaterra, es evidente que la construcción tira en Londres porque va de la mano de las finanzas. Los barrios de negocio, como la City de London y la City de Westminster, donde se asientan las sedes de bancos y seguros, suman 190 proyectos de edificios (en la última década) , Southwark 50 y Camdem 64.
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Título original: "El carril-bici es negocio"
Publicado el 22 de agosto del 2013 en La Voz de Galicia, edición Vigo.
Sección de opinión: Almuerzo gratis
Link: http://www.lavozdegalicia.es/noticia/vigo/2013/08/22/carril-bici-negocio/0003_201308V22C12992.htm
Autor: E.V.Pita
Dice
un proverbio holandés que lo primero que aprenden los niños de ese país
es a conducir una bici con un mano y sostener un paraguas abierto con
la otra. Allí circulan bicis por todos lados, como es sabido. También en
Londres, donde funciona un servicio de alquiler por un barato
carril-bici pintado en el asfalto. Allí, muchos inmigrantes se mantienen
gracias a un nuevo empleo: conductor de carritos a pedales (rickshaws)
para pasear a turistas. En el 2000, ya circulaban en Berlín y en Galicia
se ha visto alguno este verano. En París, los visitantes recorren las
riberas del Sena en bicis de alquiler por el carril bus, separado del
tráfico por una bionda. En Bilbao, los cicloturistas pasean por una
senda frente al museo Guggenheim. Gijón y Avilés han dotado a sus paseos
marítimos de viales para los vehículos de dos ruedas. Y en A Coruña, el
carril bici de 10 kilómetros está repleto de turistas y cruceristas que
alquilan karts donde padres e hijos pedalean juntos encantados. Es un
éxito gracias a emprendedores que olieron el negocio familiar que genera
el carril-bici. En Oporto, las bicis llegan seguras a la playa de
Matosinhos y A Guarda, Oia, Baiona, Nigrán y Cangas tienen senda de
cicloturismo.
¿Y
qué pasa en Vigo? Los ciclistas son unos locos que arriesgan su pellejo
entre el denso tráfico de la ciudad. El Concello gastó millones en
humanizar las calles, renovó los adoquines y taló árboles, pero
desaprovechó la oportunidad de abrir rutas para el carril bici. Que haya
muchas calles en cuesta no es excusa porque nada impide tender
itinerarios llanos entre Teis y Samil, por la costa, O
Calvario-Pizarro-Plaza de España o Plaza de América-Camelias-Gran Vía.
Cuando los ciclistas de la Vuelta a España salgan de Vigo el lunes, se
irán con la sensación de que esta es... la capital del motor.xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
"Los mercados de O Berbés y Cork" (2013)
La Voz de Galicia / edición Vigo
Publicado el 8 de agosto de 2013
Sección : Opinión ( Almuerzo gratis )
Título: "O Berbés y Cork"
Autor: E.V.Pita La remodelación del mercado de O Berbés ha dividido a tirios y troyanos. Unos propusieron que la plaza emulase al de San Miguel en Madrid, solución descartada, y otros a la Boquería, en las Ramblas de Barcelona. Quizás, la clave del éxito sea imitar al English Market de Cork, un puerto industrial de Irlanda con 120.000 habitantes, que ha convertido su obsoleta plaza de abastos (que se remonta a 1610 y cuyo edificio data de 1788) en un atractivo turístico. En Vigo, la antigua plaza estaba en A Laxe pero fue demolida en nombre del progreso. Salvando este obstáculo, Vigo puede copiar a Cork y atraer a los forasteros para que compren en el mercado de O Berbés.
En primer lugar, el mercado de Cork es ensalzado en los planos y mapas que regala la oficina de información turística de esa ciudad, que lo publicita como uno de los diez sitios más atractivos para visitar. Le ayuda tener puerta con St. Patrick Street, la calle más concurrida. Esta condición la cumple
el mercado del Casco Vello, que está cerca de A Pedra, meca del crucerista.
En segundo lugar, los vendedores de Cork, como los Callagham o los O'Neill, han decorado sus puestos al estilo de principios del siglo XX, con letreros de época. Esto equivaldría a recrear fielmente la atmósfera de O Berbés en los gloriosos tiempos de las conservas Miau o La Artística. Sería una especie de parque temático sin básculas digitales ni tubos de neón. Un ambiente retro que le encantará al turista porque le gusta conocer la historia de las ciudades por las que pasa.
Y por último, los placeros de Cork han apostado por vender productos delicatesen, selectos y muy bien presentados, como decenas de tipos de quesos, pan artesano, carnes y ropa a medida que el cliente no hallará en los supermercados de barrio. Incluso los perritos calientes van aderezados con salsas, pepinos y cebolla que cobran a 4 euros. En el caso de O Berbés, su punto fuerte es el pescado.
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Título: "Los mostradores desiertos"
Subtítulo: Los supermercados británicos se pasan el autopago y eliminan cajeros
Autor: E.V.PitaPublicado un extracto en La Voz de Galicia el 5 de agosto del 2013
Nota: Esta es la versión ampliada del reportaje.
Decía Napoleón que Inglaterra era un país de tenderos y la primera ministra británica, Margareth Thatcher, estaba orgullosa de ser hija de un tendero. Pero esa imagen del pequeño colmado de Gran Bretaña atendido por un atento dependiente desaparece a pasos agigantados e incluso podría estar cambiando los hábitos de compra del consumidor europeo.
Grandes supermercados ingleses como Tesco y Sainsbury's han robotizado y automatizado hasta lo increíble sus tiendas de alimentación, la mayoría abiertas hasta medianoche, y han extendido al máximo el pago con tarjeta. Sainsbury's, tercera cadena del país con mil tiendas, fue pionero en el autoservicio en los años 50 del siglo XX y ahora ha dado una vuelta de tuerca al eliminar la figura del cajero, imprescindible en nuestros supermercados. En los establecimientos de Sainsbury's el cliente, tras seleccionar su compra en las estanterías, tiene que dirigirse a una máquina, escanear el código de barras de sus productos en un lector láser, meterlos en la tradicional bolsa naranja de esta marca británica, imprimir su propia factura y pagar en metálico o con tarjeta en las ranuras habilitadas en esta caja automática.
A veces el sistema se estanca porque un cliente torpe o novato no entiende las instrucciones de la máquina o se lía al generar la factura con el programa informático. Pero todo está previsto y un vigilante acude de inmediato para cancelar la compra y hacer él mismo la cuenta para sacarse de en medio al cliente que interrumpe el ágil ritmo de esta especie de cadena de montaje.
Por ejemplo, en el local de Sainsbury's de la atestada estación Victoria de Londres suele haber colas de hasta veinte clientes esperando a pagar y un solo cajero. Tienen prisa porque hacen compras para su inminente viaje. La empresa ha pensado en todo y ha contratado a un encargado para repartir a los compradores a lo largo de una docena de máquinas de pago automático, dando prioridad a los que tienen pocos artículos, para aligerar los pagos y conseguir que en un minuto salgan todos con la factura. Donde habría hecho falta una docena de cajeros y varios minutos de espera para ser atendido, sólo fue necesario un instante para despachar a una multitud de compradores.
Estos
sistemas de pago automático se han expandido por toda Inglaterra.
Incluso en Oxford, capital del humanismo, los clientes de Sainsbury's
deben escanear los códigos de barras de los productos que han tomado de
las estanterías y hacer su propia factura en una decena de máquinas
instaladas en el centro comercial. Nunca están libres.
La
filosofía de Sainsbury's es ahorrar tiempo al cliente pero ni siquiera
el escaneo y pago automático han eliminado las colas. Por ello, en
todos los locales hay una cinta separadora para que los clientes
aguarden su turno en una ordenada fila sin que se agolpen.
La
automatización ha eliminado prácticamente la figura del cajero. Los
únicos empleados de cada tienda son un cajero para atender a quienes
hagan compras en la entrada, generalmente tabaco, sandwichs y bebidas,
un vigilante para comprobar que nadie haga trampa en las máquinas y otro
para ayudar a los torpes y aligerar las colas, además de los
reponedores. Así un supermercado de tamaño medio que requeriría unos 20
empleados sólo necesita tres o cuatro.
Sainsbury
puede alegar que el empleo lo crea a través de la apertura de nuevas
tiendas, pues ha pasado de 800 a 1.000 en los últimos años. Aunque esta
cadena es líder en el autoservicio, el resto de las marcas no se quedan
atrás. Un ejemplo es el líder Tesco o nuevas compañías como Everything
1£ o 99 peniques, que también han instalado el pago automático pero
tienen mayor número de cajeros humanos para atender a los clientes.
En
el gigantesco centro comercial de Westfield Stratford, en Londres, con
250 tiendas y 75 restaurantes, estas cadenas de autoservicio y pago
automático se ubican juntas como clones, señal de que la fórmula
Sainsbury's ha arrasado en el país.
El
fenómeno aún está lejos de implantarse en España. Aunque grandes
cadenas como Ikea y Alcampo han instalado en sus locales de España las
máquinas para que sus clientes escanean y paguen, aún es un hecho
anecdótico. Nada que ver con el fenómeno que ha triunfado en Inglaterra y
que supone un paso más en lo que el sociólogo George Ritzer bautizó
como la McDonalización y burocratización de la sociedad. Se trata de
convertir la compra en una especie de cadena de montaje y la tienda en
una fábrica en la que el cliente coge sus productos, paga y consume, sin
apenas intervención de empleados. Todo en aras de la eficiencia y el
ahorro del tiempo pero la verdad es que todo el trabajo se transfiere al
cliente sin que este vea reducido el precio del producto ni se libre de
las colas. El comprador se convierte en un productor-consumidor
(prosumidor), como auguró el sociólogo Alvin Toffler. Precisamente, la
cadena de comida rápida McDonalds en Versalles, en las afueras de París,
ha implantado el sistema EasyOrder. Los clientes que lo deseen hacen su
pedido y pagan en una máquina en vez de encargarlo al sonriente
empleado. Con la factura va al mostrador y recibe su consumición, por lo
que se ahorra la cola.
Es
probable que una futura proliferación de tiendas automáticas en España
supusiese un duro golpe para el empleo de cajero, una figura que genera
cientos de miles de puestos de trabajo y supone un salvavidas para
muchas economías familiares. Pero la realidad es que en Inglaterra han
triunfado estas tiendas y están repletas de clientes con mucha prisa.
Quizás el anglosajón sea un estilo de vida muy alejado de la parsimonia
del Mediterráneo.
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