sábado, 9 de julio de 2011

(Cap. 4) Novela online "El robo del Códex Calixtinus" (4)

Novela online

Por E.V.Pita (2011)

EL ROBO DEL CÓDEX CALIXTINUS

Capítulo 4


Resumen del capítulo 1 a 3:  La historiadora Alexandra Bidueira es una de las últimas personas en examinar el Códex Calixtinus, una joya literaria medieval. A medida que pasan las horas, la policía tiene más claro que ella es una de las principales sospechosas, sobre todo ahora que está ilocalizable.

Capítulo 4

El inspector jefe Filgueira dejó paso a tres hombres con batas y maletines. Estos se colocaron en el centro de la habitación sin ventanas.
-El libro estaba colocado en el centro, sobre aquella mesa-expositor.
Un policía científico pasó un dispositivo con luz infrarroja sobre la superficie de vetusta madera.
-Nada, ni una huella.
-Comprobad la puerta.
-Aquí hay muchas, nos llevará tiempo. La cerradura no está forzada.
-O sea, que abrieron con las llaves o unas copias. Eso reduce la lista de sospechosos a tres.
A Filgueira le gustaba que las inspecciones oculares se llevasen con sumo rigor y eficiencia. Por experiencia, sabía que las primeras indagaciones eran claves para resolver un caso porque luego las huellas se desvanecían.
El mando policial volvió junto al deán y el archivero. Su expresión parecía seria.
-Podrían ser profesionales, gente lista que no deja huellas. ¿Cuánto valía el libro? ¿Merecía la pena dedicar tantos esfuerzos como para planificar un golpe limpio?
-Su valor es incalculable,- explicó el archivero jefe.
-Necesito cifras. ¿Un millón de euros?
Los dos religiosos callaron.
-¿Diez millones? El que se lo llevó fue directamente a por el Códice. Sabía lo que iba a ganar.
-Como mínimo 16.600 millones de las antiguas pesetas, cien millones de euros, pero podría ser más,- explicó el arzobispo.
-Nunca se podrá vender en una subasta legal, el libro es demasiado bien conocido, es un símbolo del Camino de Santiago y del nacimiento de la Europa Cristiana,- añadió el archivero.
-Eso implica que un coleccionista con mucho dinero pudo haber encargado el robo. No podrá mostrarla en congresos, solo a su círculo más íntimo. Se habrá gastado una pasta en un capricho. Parece obra de profesionales, no han dejado huella, todo limpio.
Los agentes de la Científica cubrieron de polvo el suelo cercano a la mesa que sujetaba el libro.
-Señores, ¿me dejan ver las suelas de sus zapatos?- pidió Filgueira a los religiosos,- Es para descartarlos.
Estos obedecieron y Filgueira bajó por las escaleras hasta el atrio. En las paredes vio apoyados numerosas lápidas y escudos de casas nobiliarias. ¿No les bastaría esto al ladrón?
-Dígame, ¿por qué es tan valioso este libro? ¿Tiene ilustraciones bonitas?
-En realidad son cinco libros, que fueron unidos. Las miniaturas tienen menos interés que su texto, prácticamente es un guía de la peregrinación en el siglo XII. El Códex tiene casi mil años de historia. Posiblemente sea uno de los libros de pergamino más antiguos del mundo y que mejor se conserva. Ese libro es la historia del Camino y está vinculado al papa Calixto o al arzobispo Xelmirez, personajes de primera magnitud.
Filgueira tomo un poco de aire.
-¿Qué tamaño tenía?
-Unas 500 páginas, del tamaño de un periódico.
-Fácil de esconder en una maleta o una mochila,o salir con él en la mano. Mucho me temo que el Códice ya está fuera del país,- murmuró Filgueira. Aunque su intuición le decía que la clave estaba en aquellas personas más cercanas al libro, las tres que tenían las llaves, o esa historiadora que no daba señales de vida. Justo en ese momento, recibió una llamada de móvil.
-Jefe, estamos en el hostal de la sospechosa.
-Me habéis leído el pensamiento. ¿Qué tenéis?
-La patrona dice que hace dos días que no ve a su inquilina. Hemos abierto la puerta y todas sus pertenencias siguen en su sitio.

-¿Ha dejado alguna nota?
-Tiene una agenda abierta en la mesa, en la que con fecha de hace dos días, escribió: “Palimpsesto” ¿Alguien sabe que es eso? Suena a tecnicismo arqueológico.
-Compruébalo en Google, no podemos despreciar ninguna pista por humilde que sea.
(Fin del capítulo 4)

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