domingo, 8 de julio de 2012

Capítulo 9 (final) novela On Line "El robo del Códice Calixtino"

Autor: E.V.Pita

Resumen de los capítulos 1 a 8: El inspector Filgueira investiga desde hace seis meses el robo del milenario Códice Calixtino en la catedral de Santiago de Compostela. La única pista es la desaparición de una historiadora, Alexandra, que estudiaba el libro dedicado al Camino de Santiago. Mientras, la prensa elucubra sobre diversas teorías como si una secta se ha hecho con el viejo libro o las sospechas de que el códice oculta un texto más antiguo como un evangelio o las matemáticas perdidas de Arquímedes. La pista lleva a Italia pero el caso da un giro.


CAPÍTULO 9 (FINAL)

Varios meses después
Julio del 2012

Numerosos agentes entraron en un garaje de los alrededores de Compostela y hallaron el Códice Calixtino intacto. La policía había salvado una joya del medievo. Filgueira sonrío al tener noticia del hallazgo. El jefe de la Brigada de Protección del Patrimonio le llamó al móvil.
-Lo tenemos,- dijo su interlocutor.
-Apuesto a que fue el electricista. Ya sospeché de él tres días después del robo pero nunca se delató.
-Solo nos quedaba él por descartar.
-Espero que no haya quemado el libro.
-No lo movió del garaje en un año. Bueno, supongo que el caso queda cerrado, - dijo el inspector de Patrimonio.
-Yo no estaría tan seguro.
-No fastidies, Filgueira. El Código está intacto, es el auténtico y no ha sufrido variaciones de temperatura. El electricista se quiso vengar por alguna rencilla con el Cabildo. Tenías razón en que todos eran sospechosos hasta que no se demostrase lo contrario. Y el electricista tenía en su casa otras obras religiosas que había sacado de la Catedral en diez años, hasta un libro de Horas. No tengo duda de que trabajaba solo, era el típico descuidero hábil. No hay tramas internacionales, por eso te apartaron del caso.

Filgueira gruñó. La pista de Italia era un callejón sin salida hasta que saltó la pista del electricista. Tenía que admitir que todo era más sencillo de lo que había imaginado. Sin embargo, había algo que no encajaba.

-Si el electricista trabajaba solo cómo explicas ese millón de euros que guardaba en su casa, la compra de varios pisos y el ingreso de otros 300.000 euros.
-Filgueira, sé razonable y no salgas con tus teorías conspirativas. Aquí no están metidos los Illuminati. Posiblemente, el sospechoso tenía otros negocios. El juez ya ha ordenado tirar del hilo. Lo siento, Filgueira, le dedicaste muchas horas a este caso pero tu equipo se estancó con lo del viaje a Italia. Y ya viste que la investigadora que había desaparecido tenía también explicación. La madre no había dicho toda la verdad pero al final quedó todo aclarado.
Filgueira bajó el móvil y sonrío amargamente. Pero no estaba dispuesto a dejar que quienes encargaron el trabajo quedasen impunes.
-Si seguimos la lista del dinero daremos con el tipo que encargó el robo.
- Si fuese un robo por encargo, el electricista se habría preocupado más por guardar en mejores condiciones de seguridad el libro, no lo habría tirado en el garaje con los otros trastos.
-Hay algo que me cheira mal en todo esto. Imagínate que efectivamente el libro tenía textos antiguos raspados bajo el pergamino. Llevan el libro a un escáner de alta potencia, radiografían todas las páginas y devuelven el libro al garaje confiando que la policía crea que fue un robo chapucero de poca monta.
-El electricista tenía las llaves de la caja fuerte donde se guardaba el libro. Se movía por la Catedral como por su casa, robaba hasta en los cepillos. Está claro que trabajaba solo.
-Pues yo sospecho que podría formar parte de una banda de saqueadores de obras religiosas que trabaja en Galicia desde tiempos de la Guerra
-Le hablaré de tu teoría al jefe pero creo que no van por ahí los tiros.
-Esa teoría explicaría los generosos ingresos que tenía el electricista.
-El hombre también pudo haber vendido unas fincas. Bueno, Filgueira, quería que fueses el primero en tener noticia de ello.
-Gracias. Pero, como dice Läbeck, en La princesa de hielo, este pueblo es pequeño y todo se sabe.
-Vale, me compraré el libro en el aeropuerto. Te espero dentro de una hora en la Catedral, le vamos a llevar el Códice al arzobispo, al deán y al archivero para que lo reconozcan como el auténtico. He oído que el presidente hará la entrega oficial del Códice. Te quiero ver allí, sin el esfuerzo de vuestro equipo, el caso habría tardado dos o tres años en ser resuelto. Entonces, el libro ya se lo habrían comido las polillas.
-Las polillas no digieren el pergamino.
-Bueno, Filgueira, te dejo que aquí llega el fiscal para inspeccionar el garaje. Nos vemos en la Catedral dentro de una hora. Hasta luego.
Filgueira apagó el móvil y echó un vistazo al mapa de su despacho donde tenía clavadas las chinchetas de sus últimos casos.
-Así que era el electricista...- pensó. Le daba rabia haber estado tan cerca de resolver el caso porque le habían mandado algún mensaje discreto para que no destruyese el Códice en caso de que lo tuviese en sus manos. Pero el inspector acabó por estropearlo todo siguiendo la pista falsa de Italia.
En ese momento, sonó el teléfono del comisario jefe.
-Filgueira, tienen que venir los de Madrid a hacer tu trabajo.
El inspector iba a responder indignado pero oyó las risas de su jefe.
-Solo quería felicitaros de parte del Gran Jefe. Tus hombres y tú habéis dedicado muchas horas a este caso y toda Gslicia os debe mucho.
-Solo cumplimos nuestro deber.
Al poco, sonaron varios teléfonos a la vez. La noticia había corrido como la pólvora.
-Caso resuelto, Filgueira.
-Jefe, yo seguiría la pista del dinero.
-Que lo hagan los de Blanqueo. Adiós.
Filgueira colgó y su vista se paró en uno de sus libros preferidos que tenía apoyado sobre un montón de papeles en la mesa de su despacho. "El misterio del cuarto amarillo", de Gadton Lerroux. Si la puerta del laboratorio estaba cerrada por dentro y la ventana tenía rejas, el asesino había entrado por...


..............FIN........

Novela basada en un robo real en la Catedral de Santiago de Compostela el 4 de julio del 2011 del Códice Calixtino, pieza única del Siglo XII. El caso fue resuelto un año después y el libro recuperado sin daños.

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